Nota de prensa

24 de Julio: Los Pioneros llegan al Valle de Lago Salado, Utah

Un día como hoy en la historia de la Iglesia de Jesucristo

El 24 de julio de 1847 es una fecha notable para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; en ese año llegó al valle de Lago Salado, Utah el primer grupo de pioneros. Después de años de persecución por fin se sintieron libres para adorar a Dios según los dictados de su propia conciencia.

La migración de la Iglesia de Jesucristo del siglo XIX que se inició en 1846, en Illinois, atravesó Iowa y Nebraska, y finalmente terminó en un lugar de refugio en las Montañas Rocosas, y que constituye uno de los episodios más notables de la historia de la gran migración de los Estados Unidos hacia el Oeste. A diferencia de los miles de pioneros que viajaron al oeste hacia California y Oregón en busca de una vida mejor, la migración de los pioneros de la Iglesia de Jesucristo no fue voluntaria, sino que fue resultado de la expulsión de Illinois y de Misuri por parte de vecinos hostiles. Más adelante, el sendero recorrido por los pioneros de la Iglesia de Jesucristo se llenaría de conversos procedentes de Europa.

 

Con el asesinato de José Smith en 1844, y con la creciente presión sobre los miembros de la Iglesia de Jesucristo para que abandonaran su ciudad de Nauvoo a orillas del Misisipí, pronto se hizo evidente para los líderes de la Iglesia que tendrían que trasladarse una vez más. Al principio establecieron un refugio en lo que se llamó Winter Quarters (Cuarteles de Invierno), cerca de la actual ciudad de Omaha, Nebraska. Luego en 1847, bajo el liderazgo de Brigham Young, la primera caravana se dirigió al oeste hacia las Montañas Rocosas, aunque el destino preciso era desconocido.

Cuando el primer grupo de pioneros llegó al valle del Lago Salado en el verano de 1847, Brigham Young contempló el panorama de lo que entonces era un desierto árido y seco, y declaró: “Este es el lugar correcto”. En 1849, el presidente Young estableció el Fondo Perpetuo para la Emigración para ayudar a los inmigrantes Santos de los Últimos Días pobres. El Fondo ayudó a unos 30,000 inmigrantes de las Islas Británicas, Escandinavia, Suiza, Alemania y los Países Bajos a llegar a los Estados Unidos, el total representaba más de la tercera parte del total de los Santos de los Últimos Días que migraron desde Europa durante ese período.

Para reducir los costos que implicaban adquirir carromatos y bueyes, unos 3,000 pioneros utilizaron posteriormente carros de mano de madera de bajo costo que eran lo suficientemente ligeros para ser tirados a través de las grandes llanuras. Se asignaba una familia o cinco personas a un carro de mano, y de 18 a 20 personas compartían una tienda de campaña. Un carro acarreaba no más de 91 kilos —unos 7 kilos y medio de equipaje por persona. Cada compañía, que estaba sumamente organizada, iba dirigida por un guía experimentado e iba acompañada por al menos cuatro carros de provisiones tirados por bueyes.

Muchas dificultades enfrentaron durante la travesía.  Miles de pioneros de la Iglesia de Jesucristo murieron en el camino, ya fuera que viajaran en carretas o en carros de mano. A menudo enterraron a sus seres queridos, entre ellos niños, en tumbas poco profundas que nunca más se visitarían.

Bajo la dirección de Brigham Young, se estima que 70,000 Santos de los Últimos Días realizaron el difícil viaje a Utah desde 1847 hasta que quedó terminado el ferrocarril transcontinental en 1869. La experiencia colectiva de los pioneros ha tenido un impacto profundo en la cultura de los miembros de la Iglesia de Jesucristo. A menudo se habla de los antepasados pioneros que hicieron el viaje y se les honra, no sólo en las reuniones familiares de los descendientes, sino también en las reuniones de los miembros de la Iglesia, quienes ven el ejemplo de valentía y sacrificio de los pioneros como fuente de inspiración.

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