Fortalecernos en Familia en momentos de dificultad

Nos encontramos atravesando momentos difíciles en la historia de la humanidad, el pánico y el miedo puede causarnos dudas y por momentos pueden hacer tambalear nuestra fe en el Señor Jesucristo porque nos sentimos abatidos cuando llega una gran prueba a nuestras vidas, pero, es ahí cuando tenemos la gran oportunidad de conocer la misericordia de nuestro Padre Celestial y del infinito poder aliviador que tiene La Expiación de Jesucristo.

Existe un virus que es mucho peor que la pandemia actual que estamos viviendo y son las tentaciones de Satanás; su forma de contagio se puede dar en nuestros hogares. Un mensaje titulado “No es un pecado ser débil” por Wendy Ulrich publicado en la Liahona de abril 2015, comenta sobre la depresión, debilidades y tristeza, que en esos momentos es cuando más nos ataca nuestro adversario y trata de hacernos pensar que no somos lo suficientemente buenos.  Ahora que  permanecemos en nuestras casas podemos contagiarnos del "virus de Satanás" por lo que es importante prevenir este virus.

Y nos preguntamos ¿Cómo un ser tan perfecto pasó por dificultades tan agobiadoras y desafiantes? No es fácil contestar una pregunta como esa, nos hace sentir muy desconcertados, pero podemos entender que Él lo hizo porque nos ama. Siempre recordemos que “Jesucristo tomó sobre sí los dolores, enfermedades y aflicciones de Su pueblo; Él liberó a la humanidad de la muerte y proporcionó la forma de vencer el pecado” [ Véase Alma 7: 11-13 ]

Debemos desarrollar hábitos espirituales; por ejemplo, dedicar mucho más tiempo al estudio de las escrituras o “Ven sígueme”, de tal manera que cuando el desánimo trate de atacarnos nuestras defensas espirituales se encuentren elevadas para que contrataquen los efectos. La oración es muy importante porque nos ayuda a acercarnos al Señor y es una defensa excelente porque podemos pedir fortaleza para conquistar nuestros Goliats. Trabajar en Indexación e Historia Familiar nos une como familia a través de experiencias espirituales de gran valor. Algo recomendable es evitar leer noticias que nos puedan desanimar.  La mejor forma de ayudar al mundo es respetando las leyes y a nuestros gobernantes y vivir los mandamientos del Señor. Debemos nutrirnos de la buena palabra, leyendo continuamente las escrituras y los mensajes inspiradores de nuestro amado profeta, Russell M. Nelson, Apóstoles y líderes eclesiásticos. 

Hay muchas otras más herramientas que nos pueden servir. Solamente debemos encontrar la mejor y acercarnos más al Señor durante este tiempo y veremos muchos milagros a nuestro alrededor.  Ahora la decisión depende de cada uno de nosotros. Una escritura, un himno y palabras de nuestros profetas son un bálsamo para nuestras almas.